miércoles, 27 de mayo de 2015

Carretera a Cabudare fue refaccionada en 1900

Puente de Santa Rosa sobre el río Turbio, vista desde Cabudare a Alto de las Flores

El 27 de julio de 1900, el general Amábilis Solagnie, jefe civil y militar del estado Lara, anunció “que los trabajos de reparación de la carretera que conduce de esta ciudad (Barquisimeto) a Cabudare han sido terminados” incluyendo la construcción del puente de Santa Rosa.

Mucha historia ha transitado por el entonces abandonado camino, de unos 12 kilómetros, todavía recuperable cuya reparación en aquellas condiciones de tanta inestabilidad política seguramente estaba muy relacionada con la necesidad gubernamental de disponer de vías de comunicación aptas para el tránsito de fuerzas militares, aprovisionamiento de recursos bélicos y abastecimiento para las poblaciones cercanas.

Luis Alberto Perozo Padua

En Twitter: @LuisPerozoPadua


Fuente:
Acervo documental del Archivo Histórico de Palavecino, sección Fondo Histórico del siglo XIX

jueves, 21 de mayo de 2015

Cabudare: Una historia en cada calle

Calle Domingo Méndez, hoy bulevar Socorro Meza. Nótese que la Plaza Bolívar tenía cerca y la iglesia también
Calle Juan de Dios Meleán con avenida Libertador

Recorrer las escuetas calles y callejones del casco histórico de Cabudare, es quizá para muchos, remontarse a épocas añejas, cuando los arreos de mulas descansaban en estos caminos para emprender viaje a los llanos centrales.


Pedro López y Julio Álvarez, cronistas cabudareños, atestiguan en apasionantes testimonios, que cada cuadra, callejón y esquina “habla de hazañas, de hechos, de personajes, de eventos sobresalientes que bien valen la pena evocar”.

Conversar con estos cronistas, es abrir un antiguo manuscrito inédito sobre Cabudare, sus sendas y sus personajes.

 La remota delimitación

Apelando nada más al baúl de los recuerdos, muy lúcidos y con claridad, los citados cronistas refieren que la primera nomenclatura cabudareña, de las calles transversales de este a oeste, obedeció a honrar a los próceres de la Independencia nacional, por Decreto del Concejo Municipal, del 29 de julio de 1935.

Otro Decreto habla de evocar a los héroes civiles, el cual fue rubricado por el concejal José Rafael Palacios, quien fungía como su presidente, el 16 de septiembre de 1941.

La última nomenclatura asignada según Acuerdo del Concejo Municipal de fecha 5 de junio de 1958, refiere a personas nacidas en Cabudare, la mayoría con participación en la contienda Federal.

 Nomenclatura cabudareña 

Monumento La Cruz Salvadora edificado en 1856
Según estudio inédito del cronista oficial de Palavecino, Taylor Rodríguez, sobre la comunidad de Agua Viva, apunta que “Por exigencias de instancias oficiales estadales y nacionales, las autoridades municipales del Distrito Palavicini, representados por el presidente del Concejo José Rafael Palacios y el jefe civil, Luis Piñero Pereira, remiten un singular ‘Censo Urbano’ correspondiente a identificación de las calles (de este a oeste) y (de norte a sur)”.

Además registran nombres oficiales, distancias en kilómetros a Cabudare de cada caserío, únicamente el municipio capital (actual parroquia Cabudare) y sus respectivos sitios, manzanas y número de casas de familia, no así los inmuebles para uso comercial.

Sobre la nomenclatura urbana de Cabudare, para el 17 de marzo de 1941, sobresalen los nombres de los héroes nacionales, mientras que asociados a la Guerra Federal, la identificación de las calles: Federación, Falcón y Patiño. Como relicto de la Colonia la denominación de Calle Real.

 Una calle para la capilla 

Capilla Santa Bárbara, edificada en 1797 
por el alférez real Juan José Alvarado de la Parra
La denominación de Santa Bárbara identificó originalmente una especie de senda con destino a la Hacienda Santa Bárbara, en donde existió a partir de 1797, un oratorio privado (capilla) denominado Santa Bárbara, edificado por el alférez real de Barquisimeto, Juan José Alvarado de la Parra. 

Atención: La capilla-oratorio Santa Bárbara fungió hasta 1835 como iglesia matriz de Cabudare.

Según cronistas y costumbristas, este camino, senda y después calle, es la más antigua del sitio de Cabudare, y que también fue conocida como calle de la Chancleta por ser habitada por vecinos de bajos recursos conocidos como ‘Chancletuos’.

Era de piedras

Antiguos vecinos de Cabudare, resaltan que la Calle Real o de San Juan Bautista, en el transcurso del siglo XIX y en décadas iniciales del XX, “estuvo cubierta de piedra (total o parcial) no por ser la más importante, sino por ser utilizada para el paso de ganado vivo o a pie, por ser Cabudare, paso de camino hacia los llanos en la red vial del occidente”.

De acuerdo a apuntes del historiador Domingo Alberto Rangel, las calles con esta característica física, tenían por objetivo preservar las condiciones materiales de la piel del ganado mayor, dado su valor favorable al propietario o comerciante. “Así se evitaba que al sudarse el casco se cayera el animal”.

Luis Alberto Perozo Padua

En Twitter @LuisPerozoPadua

viernes, 15 de mayo de 2015

El Lechuguero, mítico personaje de Cabudare

José Natividad Cañizalez, es conocido popularmente en Cabudare como El Lechuguero

El Lechuguero recorre diariamente el centro

de Cabudare, para vender sus "maticas" curativas

Antes de despuntar la aurora, ya José Natividad Cañizalez Falcón, popularmente conocido como 'El Lechuguero', se preparaba para atender el huerto familiar.

Nacido en Humocaro Alto el 8 de septiembre de 1935, radicándose en Cabudare en 1951, cuando “los viejitos” (Aureliano y Juan Antonio) buscando un mejor porvenir decidieron tomar un autobús y comprar una casona (la Nº 21) en la calle San Rafael con Miguel Bernal.
                                     
José Natividad se enfrentó desde joven “al qué dirán” al repudio general por su comportamiento “indeseado” para la sociedad, pues se enteró en la pubertad, que su condición sexual no era de su simpatía.

Eran años duros para José Natividad, con el paso de los años, aceptó vivir entre la burla y el rechazo.

Conocedor del arte de sembrar

Estudió hasta segundo grado en Humocaro y a pesar que no le favoreció la academia, José Natividad conoce a la perfección las estaciones según la luna, recurso que aprendió para tener éxito en el oficio que habría de emprender.

Contiguo a su vivienda, comenzó cultivando lechuga cilantro, perejil y pimentón, entre otros rubros que vendía en el mercado popular de Cabudare.

Con el correr de los años, ‘El Lechuguero’ se especializó en la siembra de plantas medicinales y no había quien no lo visitara a la hora de un padecimiento.

Los boticarios de la época concurrían al huerto de José Natividad a adquirir parte de sus plantas, así como comerciantes de origen asiático que perseguían la mostaza y la albahaca, para la reventa.

“El Lechuguero” consiguió que un tío vendiera parte de sus cultivos en el antiguo Mercado El Manteco, dinero que utilizaba para la subsistencia de él y sus familiares directos. 

Entre lo curativo y la popularidad

José Natividad ya no cultiva por la edad, o mejor dicho, es poco lo que siembra para vivir, pero aun recuerda el agradable aroma matutino del romero, el poleo, el llantén, la artemisa, el malojillo, el oreganón y la yerbabuena.

Cuando se le inquiere si se casó alguna vez, responde tajante: Nunca.

Camina diariamente el centro de Cabudare y saluda a todo el mundo, pues es tan conocido como la plaza Bolívar y la ceiba en donde acampó el Libertador.

Texto y fotos:
Luis Alberto Perozo Padua
En Twitter @Luis Perozo Padua

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 http://elimpulso.com/articulo/el-lechuguero-mitico-de-cabudare#

jueves, 14 de mayo de 2015

El Cabildo de Cabudare tuvo varios asientos

Avenida Libertador de Cabudare. A la derecha casa de gobierno
Foto: Francisco Villazán

El primer cuerpo deliberante de Cabudare, hunde sus raíces hacia el año 1844, cuando por Decreto el Senado y la Cámara de Representantes de la República de Venezuela, erigen el Cantón Cabudare en la Provincia de Barquisimeto.


El importante documento lo suscriben en Caracas, el 8 de marzo, el presidente del Senado Mariano Uzcátegui, el presidente de la Cámara, Jacinto Gutiérrez, los secretarios de ambos entes deliberantes: José Ángel Fréite y Juan Antonio Pérez, respectivamente.

El ejecútese lo firman el presidente de la República general Carlos Soublette y el secretario de gobierno, Juan Manuel Manrique, el 13 de marzo de ese año 44.

No sería hasta el 1º de mayo del referido año, por dictamen del Gobierno Provincial de Barquisimeto, cuando Cabudare es ascendido a jerarquía de Cantón.

Los primeros munícipes

Con este Decreto del Ejecutivo nacional, Cabudare alcanza su independencia político-administrativa para constituir entonces su primer ayuntamiento o Concejo Municipal. 

El 7 de abril de 1844, el periódico El Imprudente, en su segunda página reseña que en el recién constituido Cantón Cabudare, se habían escogido cuatro concejales, un síndico procurador y un jefe político, este último representaba la autoridad del gobernador de la Provincia en la localidad.

Este nuevo cuerpo edilicio fue constituido por José Parra, Policarpo Rivero, Rafael Palacios, Santiago Orejuela y Francisco Méndez como Síndico Procurador, figurando también José Francisco Tovar, como Jefe Político de Cantón.

En qué sitios deliberaban

Según datos del cronista Julio Álvarez Casamayor, el Concejo Municipal tuvo varios asientos en la segunda mitad del siglo XIX, reconociéndose uno frente a la actual plaza Bolívar, en una casona de techo alto y tejas, en la cual “en 1881, se reunió la Asamblea Constituyente para aprobar la Constitución del estado por orden del presidente Antonio Guzmán Blanco”.

Refiere que en la citada casona se reunió la plenaria hasta 1929, cuando se muda para un inmueble con similares característica ubicado frente al edificio del Cine Juares, que actualmente estaría en la avenida Libertador esquina de la calle Miguel Bernal.

Funcionaría allí hasta 1959, cuando se crea la Escuela Artesanal de Cabudare(hoy Escuela de Especialidades Luisa Cáceres de Arismendi).

Se muda la sede del ayuntamiento hasta la calle Juan de Dios Ponte con calle Simón Planas. Más tarde, se traslada hasta la Libertador con calle Juares.

En 1966, finalmente el cabildo de Cabudare se asienta en el actual edificio de los Poderes Públicos, frente a la plaza conocida como La Cruz.

Luis Alberto Perozo Padua

En Twitter: @LuisPerozoPadua

Fuente:
Boletín del Centro de Historia Larense. Abril-mayo-junio. 1944
Hemeroteca Nacional: Primeras Autoridades del Cantón
Perera Meléndez, Ambrosio. Historia Político Territorial de los estados Lara y Yaracuy. Caracas 1946. Págs. 77-78
Datos de Julio Álvarez Casamayor

lunes, 11 de mayo de 2015

Importante infraestructura en Cabudare surge en el siglo XIX

Puente San Nicolás o Patiño de Cabudare, construido en 1865
Puente Rojas Paúl de Cabudare

Durante el mandato del presidente de la República Juan Pablo Rojas Paúl, quien gobernó a Venezuela en el periodo 1888-1890, decretó y ejecutó varias obras de relevancia en Cabudare.


El puente Libertador o Rojas Paúl, sobre la quebrada Tabure en la antigua calle Santa Ana, que posteriormente se denominó Comercio, después Sucre y actualmente Juan de Dios Ponte.

Inició la construcción de esta estructura en ladrillo en 1885, bajo la dirección del general Rafael Daza, la cual concluyó tres años más tarde, con una inversión de 350 pesos, por Acuerdo de la Diputación Provincial de Barquisimeto.

En una de sus columnas, el Gobierno Provincial instaló una lápida con la inscripción: Gobierno de la Nación. Dr Rojas Paul.

Puente Patiño

No obstante, paralelo al puente Libertador, sobre el mismo cauce de agua pero hacia el norte, se edificó otro puente de similares características, pero mandado a construir en 1865, durante la administración del general Nicolás Patiño Sosa, presidente del estado Lara.

El puente recibió el denominativo de Puente San Nicolás, pero también era conocido como Puente La Ceiba, por estar contiguo al histórico jabillo que cobijó a las tropas de Simón Bolívar el 10 de noviembre de 1813.

En el puente San Nicolás también se aprecian cuatro placas en sus columnas, en donde rezan: “Al ciudadano Ignacio Antonio Ortiz, general en jefe, vicepresidente del estado, procurador de la nación, honor a sus virtudes cívicas. 1865”.

Punte San Nicolás de Cabudare. Foto: Francisco Villazán
La siguiente lápida dice: “Eduardo Ortiz, Dr en jurisprudencia y general de división, honor a sus esfuerzos por el progreso, su patriotismo  acrisolado y su constancia en 1865”.

Una tercera inscripción cita: Honor a Nicolás Patiño. Hijo predilecto de Cabudare. General en jefe y presidente constitucional del Estado Lara, loor a sus proezas de guerrero y como ciudadano inmaculado honor a sus virtudes inmortales. 1865”.

En la última placa se lee: Puente San Nicolás construido bajo la administración del General Nicolás Patiño, 1865”.

Los recursos financieros para la edificación de estas grandes e importantes infraestructuras que dividían al pueblo de Cabudare, fueron erogados de las rentas públicas del Estado.

Luis Alberto Perozo Padua

En Twitter: @LuisPerozoPadua


Fuente:

Diputación Provincial de Barquisimeto. Ordenanzas, Resoluciones y Acuerdos. Vol. V. Francisco Cañizales Verde. Publicación del Centro de Historia Larense. Barquisimeto, octubre 1995.

El Kabudari. Órgano divulgativo de la Cultura de Palavecino. Año III Enero de 2001

El Terepaima es la historia del beisbol en Cabudare

En la gráfica de 1953, se aprecia el equipo de Beisbol Terepaima BBC de Cabudare.
Foto: H. Ponte Hernández. 
Colección Julio Álvarez

La historia del beisbol profesional en Palavecino, se forjó en un terreno al final de la calle Domingo Méndez, lado este, colindante con el Cementerio Municipal, mucho antes de la edificación del majestuoso Estadio Terepaima de Cabudare.

Los cronistas Julio Álvarez Casamayor, Pedro López y Naudy Salguero, coinciden que la instalación ícono del deporte del entonces distrito se construyó en el año 1962 por Decreto del gobernador de Lara, Eligio Anzola Anzola.

Pero el estadio no tuvo una inauguración oficial y con autorización del mandatario regional, se efectuó un primer encuentro entre los equipos Juares y Fuerzas Armadas de Cooperación.

El partido terminó de manera accidentada tras una intensa ventisca que desprendió las láminas de zinc de la tribuna central. Las tribunas laterales no poseían techo.

Refiere López que en el estado Lara se construyeron cuatro estadios con las mismas características: Cabudare, Quíbor, Duaca y  Siquisique. 

El Terepaima de 1927

El 10 de noviembre de 1991, Día de Cabudare, el alcalde Carlos Segura, en ceremonia trascendental develó una placa para homenajear la fundación del Equipo Terepaima BBC, y otra placa para el Juares BBC, Campeón Doble AA en el año 1964, cuyo manager fue Pedro López.

No obstante, el también cronista Julio Álvarez, afirma que el Terepaima data de 1930, fundado por Jesús González Meléndez, quien elaboró el primer reglamento de beisbol.

Integraban también la directiva el humanista Héctor Rojas Meza como su presidente; Horacio Valbuena, coronel Benigno Contreras, Eligio Reyes, Carlos Corti, secretario de la Prefectura de Cabudare.

Los rivales

Los encuentros del Terepaima BBC se realizaban con el Ayacucho BBC de Sarare, el Guajiro de Yaritagua, y contra los equipos de Barquisimeto: el Corsario el Capitolio, Las Águilas, El Banco, del Banco de Venezuela. 

Evoca Álvarez que del Cementerio se mudaron para la vuelta del “musiú” Rafael Mastrángelo, predio que luego fue propiedad de Eustaquio Yépez, después Julio Alvarado Silva, y por último ejido del cabildo cabudareño, en dónde se construyó el Estadio Terepaima.

El glorioso Juares

Ante el Concejo Municipal, el 4 de diciembre de 1953, el equipo Club Deportivo Juares BBC, solicitó permiso para practicar beisbol en un terreno cercano al camposanto de Cabudare. La misiva la firmó Luis Alvarez, quien mantuvo invicto al equipo por mucho tiempo.

En sus filas destacaron más tarde,  Juan Vargas, quien fuera prefecto y síndico procurador; Juan de Dios Troconis, médico de Cabudare; Ramón Bravo y Ramón Herrera, tren de dirigentes que llevaron al equipo a convertirse en gloria en 1964.

Figuraron las mujeres

La nueva generación del Juares la integraron: Francisco ‘Chico’ Rodríguez, Bartolo Lozada, Antonio Molina y todos los muchachos del viejo Barrio Turén de Cabudare.

Pero en el Juares figuraron igualmente las féminas, sobresaliendo Vintila Abarca ‘La Morocha’; Felipa Colombo, Gerarda Palacios, Carmen Mendoza y Carmen Martínez, entre otras.

En el 70 acciona el Terepaima

Evoca López que el Terepaima BBC fundado en 1927, logra su ascenso en 1970, cuando por iniciativa del abogado Pastor Alberto Palacios Salazar, Pedro López, entre otros, recogieron las banderas del equipo para refundarlo, manteniéndolo en la cima hasta el año 2000.

Este equipo enarbolaba el lema: ‘Terepaima una divisa para Unir’, el cual ganó 10 campeonatos municipales.

Los primeros jugadores

Configuraron la plantilla de jugadores del Terepaima BBC, los cabudareños:
Pedro Chirino
Roseliano Palacio
Candelario de Hoy
Luis Miguel Gil
Pedro Rojas Valbuena
Ramón Escobar (primera base)
Juan Báez (jardines)
Juan Jacobo Valles (receptor)
José Benito ‘el cabezón’ (lanzador)
Alberto Alvarado
Faustin Alvarado
Jesús Cordero
Cruz Cordero
Evangelista Bravo
Rafael Salguero ‘el negro’
Eladio Piña
José Gómez
Amalio Colombo, 
‘El loco’ Alvarado
Enrique Salas
Dante Rojas
Julio Álvarez Casamayor (jardín central)
Bartolo Escalona
Alirio Cordero
Antonio Pérez
Eduardo Falcón
Remigio Valles
Luis Pérez
José Erasmo Alejo
Antonio Parra
Omar Meleán
Abel Hernández (receptor)
Alirio Martínez (de El Mayal)
Diego Martínez
Ricardo Falcón
Guillermo Gómez
César Quintero
José Torres

Bellas madrinas cabudareñas

Sostiene Julio Álvarez, que en 1931, el Terepaima BBC tuvo como su primera madrina a la bella Josefina ‘Chepina’ Salas Giménez; más tarde Blanca Álvarez Valbuena; entre 1938-1940, representó al equipo Rosa Matilde Cordero; entre 1942 y 1944, Carmen Agüero; en 1953, la “hermosa” Marilú Sandoval acompañada de Margarita Tovar, Arnette Casamayor y Nedda Álvarez;  en 1956, Carmen Gallardo. Como mascota figuró Orlando Hernández.

Luis Alberto Perozo Padua

En Twitter @LuisPerozoPadua

Este reportaje fue publicado en Diario EL IMPULSO el 18/5/2015 http://elimpulso.com/articulo/el-terepaima-es-la-historia-del-beisbol-en-cabudare


miércoles, 29 de abril de 2015

Aline Araña es un cabudareño que restauró las huellas del tiempo

Aline y Carmen el día de su boda, en 1963 

Aline Antonio Araña supo que su vida estaría destinada a plasmar gráficamente todos los gratos recuerdos que vivió en el transcurso de su juventud, cuando tomó un lienzo y trazó las primeras líneas. Desde entonces ha dedicado su vida a la pintura y a conservar y restablecer las huellas del tiempo de numerosas obras. Hoy sus creaciones, brillantes obras de arte, son orgullo nacional.

Llegó a Cabudare en 1937, a los tres años de edad, en brazos de Josefa Rafaela Araña, su progenitora, provenientes de la ciudad de Caracas. La señora Ninfa de Carrasco se encargó de enseñarle el abecedario en una escuelita mixta, muy pequeña, de dos grados solamente, que estaba ubicada en la calle Libertador.
En la escuela Ezequiel Bujanda continuó su aprendizaje con el bachiller Emigdio José Ramos, destacado maestro cabudareño. De allí pasó al liceo Lisandro Alvarado de Barquisimeto.
El pulpero que se hizo pintor
El artista muestra su obra más querida: 

Fachada de la hacienda Santa Rita 
Aline trabajó en la pulpería más grande que tenía Cabudare. Su propietario fue el señor Augusto Casamayor, que era su padrino de bautizo. Allí transcurrió su niñez y parte de su juventud, aprendiendo todo lo relacionado con el almacén.  
Más tarde regresó a Caracas a estudiar topografía y ejerció esta labor por más de veinte años. Como topógrafo recorrió gran parte del territorio nacional, experimentando, con los paisajes que iba conociendo, sentimientos que quería plasmar y relatar.
Su vocación surgió muy paulatinamente y quizá estuvo marcada por la influencia del célebre maestro Héctor Rojas Meza, con quien Aline compartió amenos espacios en el pueblo que lo vio crecer.
Su obra inicial y la más apreciada para él, es la Fachada de la hacienda Santa Rita, situada en el sitio conocido como Tarabana, la pintura está fechada el 30 de diciembre de 1971. “Siempre quise plasmar lo que veía, o los lugares que causaban en mí, profunda conmoción por su belleza natural”. Aline recuerda que visitaba constantemente esta hacienda cuando era niño, atravesando sus cañaverales para ir a bañarse al río de la Montaña.
Otra de sus pinturas predilectas, y que también conserva en su casa, es la titulada Prolongación de la calle 23, donde al fondo se puede observar la iglesia San Francisco de Barquisimeto, y está fechada, el 1° de abril de 1976. Este lienzo obtuvo el primer lugar en un concurso de pintura novel, en el estado Yaracuy.
Fue así, como en 1981, con una beca otorgada por los Concejos Municipales de Iribarren y Palavecino, decidió irse a Madrid, a estudiar Arte de Conservación y Restauración. Desde esas tierras lejanas, en medio de bellas y reconocidas esculturas, entre el barroco y el renacimiento, Aline terminó de enamorarse de ese mundo mítico que representa la plástica.
“Pintar es un arte que nace del alma y se plasma en el lienzo. Recuerdo que mi primer premio fue el Carmelo Fernández, pintor éste de vieja data histórica. Ese galardón me llenó de gran complacencia e inspiración”.
La Universidad Centroccidental Lisandro Alvarado, también fue escenario de su formación. Aline como discípulo del reconocido artista plástico Jorge Arteaga, en los talleres libres de pintura, destacó por su agilidad con el pincel y por la creatividad en las técnicas que empleaba. Asistía al curso todos los sábados, y los domingos hacía las prácticas de campo.
Aline Araña siempre ligado a la patrona de los larenses
Borrar los rigores del tiempo
A Aline lo satisface haber restaurado la imagen de la excelsa patrona de los larenses, la Divina Pastora. Su ardua y delicada misión, por más de ocho meses, consistió en reparar todas las fisuras de la virgen, en sus articulaciones. Así como el antiguo cetro de la imagen. Aline remplazó todas las maderas en avanzado deterioro por más de un siglo de procesiones, las cubrió metódicamente con un protector especial, devolviendo a la efigie su cetro completamente arreglado.
En 1990, la Municipalidad de Iribarren, le encargó a Aline la tarea de restaurar el cuadro de la Virgen de Guadalupe, una obra de dos metros de altura, de origen mejicano, con más de doscientos cincuenta años de antigüedad. “Recuerdo que no fue fácil su rehabilitación, pero al final del camino, la virgen quedo tal cual era”.
La obra presentaba un gran deterioro, tenía un hueco alrededor del rostro, mucha oxidación, craqueladura y desprendimiento de la capa pictórica y una cantidad de hongos muy visibles. Este cuadro, patrimonio del estado Lara, reposa en la iglesia de Bobare, cuya virgen es la patrona de la población. Hoy la Guadalupe conserva su original candidez y su figura luce esplendida como en sus primeros años.
Las manos prodigiosas de Aline también favorecieron la maltratada pintura española del fundador de Acarigua, Francisco de La Hoz y Berríos.   
Aline junto a su inseparable Carmen en Europa
Desde el museo de Barquisimeto, Aline Araña propuso el funcionamiento de talleres de conservación y restauración, para rescatar piezas y obras de indiscutible valor, como las que integran la pinacoteca del Estado, y que se encontraban en avanzado estado de abandono.
El primer salón de pintura
Su carrera de pintor le llevó a concursar en muchas entidades y algunos países, pero su ambición más anhelada, es entregar todo sus conocimientos y enseñanzas de la plástica, para descubrir el artista que existe en cada ser humano y así formar los “Pablo Ruiz Picasso” del mañana.
Esta realidad se concretó en el Primer Salón de Pintura Novel Aline Araña, único en su género en la región, inaugurado en 1997, auspiciado por la Alcaldía del municipio Palavecino. Participaron sesenta y dos jóvenes entre diez y dieciocho años. Se entregaron, en el primer evento, más de dos millones de bolívares en premiaciones.
Lamentablemente el salón tuvo sólo tres ediciones, eclipsándose con la llegada de las nuevas autoridades municipales y disipando los sueños del pintor, de fomentar la cultura y de preparar a los futuros sucesores de Requena. En la actualidad, este salón de pintura  existe sólo en el recuerdo.
Aline Araña, orgullo de Cabudare
Las obras de Aline se exhibieron en incontables salones de pintura y algunas fueron más allá de nuestras fronteras. Auque aún pinta, a pesar de sus setenta y un años de edad y de su deteriorada salud, provocada por los solventes y el óleo utilizado, ya no lo hace con el esmero de tiempos pasados.
Hoy por hoy tiene algunas obras por concluir, pero la más importante para él, es continuar cultivando el mayor tesoro de su existencia: la hermosa familia que ha erigido junto a Carmen Barrios, su esposa y madre de sus tres hijas.
Aline Araña agradece siempre al Todopoderoso, por regalarle esa pasión por el arte y una vida entera en medio de alegrías y tristezas, aciertos y desaciertos, éxitos y derrotas, y por la inmensa fortuna de poder transmitir sus experiencias y conocimientos.
Hicieron preso a San Juan 
por milagroso y embustero

En Cabudare, en época de Semana Santa, se colocaban las imágenes de los santos que tomaban parte en las procesiones, en las naves laterales de la iglesia matriz. Allí concurría una joven apodada la Cocorito, que padecía de retardo mental. Ella se arrodillaba frente a la imagen de San Juan Bautista, un santo rubio, de elegante y particular postura, portando la sagrada Biblia en el cual concentra su mirada, y recitaba su fervorosa petición: “San Juan repárame un novio, por favor”. Los niños Aline Araña y Francisco Santelíz observaron a la joven y resolvieron una travesura. Al día siguiente, antes de hacer presencia la fiel creyente, Aline desvistió a San Juan y se colocó el atuendo del santo, por ser de su misma estatura, tomó la Biblia, se subió al nicho y asumió la misma postura de la imagen. Al llegar la joven se arrodilló como de costumbre, y pidió: “San Juan repárame un novio, por favor” fue entonces cuando Aline le contestó: “Cocorito muy pronto tendrás el novio que me pides”. La joven sobresaltada salió corriendo del templo gritando “¡Auxilio... auxilio, San Juan me habló, San Juan me habló, vengan a escucharlo!” Las personas que estaban en los alrededores miraban atónitos y entraron a la iglesia a advertir lo que sucedía. Aline trató de bajarse del nicho, pero la bata se le enredó en un clavo y lo sorprendió la multitud. Entre los que acudieron estaba el jefe de la policía quien lo tomó por el brazo y lo sacó del recinto. La gente comentaba en el pueblo “Hicieron preso a San Jun por milagroso y embustero”.

Luis Alberto Perozo Padua

En Twitter @LuisPerozoPadua